¿Alguna vez te has preguntado por qué no te corres durante la penetración? ¿O por qué, de repente, hay personas que sí lo consiguen sin ni tan siquiera tocarse el clítoris?
Encontrar placer en la penetración depende del tamaño del pene y de la forma. Si el pene es ancho, acariciará los cuerpos cavernosos del clítoris que abrazan el interior de la vagina. Si el pene tiene una forma curvada hacia arriba, llegará a estimular el punto G y A a través de la postura del misionero. Si tiene una forma curvada hacia abajo, conseguirá lo mismo con la postura del perrito. Y si no hay ningún pene por la sala, ¡siempre puedes buscar un buen dildo!
Marie Bonaparte, escritora, investigadora, psicoanalista, se hizo la misma pregunta. Ella no conseguía correrse durante la penetración así que inició una investigación y, se dio cuenta que la distancia del clítoris y la abertura vaginal también importa. (Sí, sé lo que estás pensando: sí, Marie era pariente de Napoleón Bonaparte).
Marie realizó un estudio en 1924 bajo el pseudónimo de A. E. Narjani, donde media la ubicación del clítoris y de la abertura vaginal en más de 243 mujeres cisgénero. Ella categorizó a las mujeres en tres grupos distintos:
- Paraclitoridianas: Mujeres cuya distancia entre clítoris y vagina era inferior a 2,5 cm. Según el estudio, estas mujeres eran las que más disfrutaban de orgasmos durante el coito.
- Teleclitoridianas: La distancia es mayor de 2,5 cm. Estas mujeres tendrían más dificultades para llegar al orgasmo durante el coito. Y sí, a este grupo pertenecía Marie Bonaparte.
- Mesoclitoridianas: La distancia son 2,5 cm clavados.
La historia de Marie Bonaparte no acaba demasiado bien. Una vez realizado dicho estudio, se operó el clítoris para acercarlo a la abertura vaginal. Lo que Marie desconocía era que la mayor parte del órgano más placentero del cuerpo va por dentro. Por lo tanto, no pudo solucionar su “problema”, más bien lo contrario.
Recuerda que da igual dónde tengas el clítoris, ¡lo importante es acariciarlo para llegar al orgasmo! Puede ser mediante el roce contra el pubis de la persona que penetra o puedes utilizar tus manos o juguetes para conseguirlo.
Dale caña a tu cuerpo, ¡no hay excusas!